Uniones atornilladas.
La publicación que hicimos la semana pasada ha despertado muchas dudas.
Y es normal.
Porque pensar en reemplazar una soldadura por una unión atornillada…
Es para tenerle respeto al tema.
Pero si hay algo que nos obsesiona en la empresa es la seguridad.
¿Cómo sabemos si un tornillo tiene el ajuste necesario?
¿Y cómo prevenimos los cambios de ajuste que pueden provocar problemas con la seguridad?
En nuestro caso, hacemos una comprobación de la presión exacta de cada tornillo.
Sí, de cada uno de ellos.
Lo hacemos con una llave dinamométrica calibrada y con certificado ENAC emitido por un laboratorio especializado.
Además, cada uno de nuestros técnicos tiene formación específica sobre el KN que debe tener cada tornillo en función de los esfuerzos, el diámetro y su calidad.
Esto, junto con un check list riguroso que llevamos siempre para este tipo de uniones, nos da la tranquilidad de saber que todo está en orden y que la unión se comportará como si la hubiéramos soldado.
Si no se puede contar con soldadores por la falta de personal que hay, lo mínimo es que la alternativa iguale la seguridad que aporta una soldadura.