No podemos retroceder en el tiempo. Solo podemos adaptarnos a su paso.
Y eso es justo lo que acabamos de hacer.
Cuando nos encontramos con el desafío de Imedexsa – Industrias Metálicas de Extremadura, S.A., supimos que estábamos ante una tarea especial.
Una máquina de 1979, con motores de otra época.
Los motores de traslación de su puente grúa tuvieron sus tiempos de gloria. Pero, sinceramente, encontrar repuestos se estaba convirtiendo en una odisea.
Así que, en lugar de rendirnos, decidimos modernizarlos.
Cambiamos los testeros completos y ajustamos el cuadro eléctrico para adaptarlo a un motor de dos velocidades.
Y esta es una de las partes de nuestro trabajo que más nos gustan: el reto de solucionar problemas muy específicos.
Porque cada puente grúa es un mundo.
Para terminar, le dimos un acabado superficial en nuestra cámara de pintura. No por estética, sino por durabilidad y eficiencia.
El resultado: una máquina que, aunque con años de historia, está lista para seguir dando lo mejor.
A veces, nos empeñamos en deshacernos de lo viejo y sustituirlo por lo nuevo.

Pero se nos olvida que podemos adaptarlo con respeto y precisión para darle más años de vida.